Siempre merodeaban los alrededores de un colegio y a los padres no les gustaba que los perros estuvieran cerca de alli, asi que llamaron a la perrera sin importarles el destino fatal de los pobres.
La perrera ordenó sacrificio inmendiato.
Al final, todos fueron rescatados y distribuidos...algunos fueron adoptados y otros, como Nevada, siguen a la espera de encontrar una familia que los quiera.
Es una perra preciosa y cariñosa en exceso. Le encanta estar con la gente, pedir mimos y darlos.
Un autentico osito de peluche grandullón.