Tita ha pasado todo su tiempo defendiendo a su roble-humano, como es su naturaleza. Se unió a él, esperando que fuera de por vida, porque así es el mundo, así se lo enseñaron.
Cuando era necesario, Tita hacía que alrededor de su humano, florecieran ramas de compañía aunque no fuera la temporada o hacía que aparecieran, nuevas plantas de cariño para darle confort e incluso podía provocar un crecimiento de hierba de comprensión repentina para que si éste se caía, la caida fuese menos dura.
Pero su humano se creía superior y por ello, desafió las leyes de la Naturaleza, abandonando a Tita a su suerte. No sabemos qué pudo pensar, para arrebatarle la vida de esa manera.
Y Tita necesita otro humano, para volver a la vida. Sabemos que pronto, muy pronto... ese humano aparecerá y no tendrá la suficiente resistencia para no caer hechizado.
Si quieres ser el roble, para Tita, escribe a
