Fecha entrada: 26/03/09
Mírala, sólo un ciego no puede ver las palabras de amor a través de su mirada.
El dolor atenaza a su corazón, ella da todo su amor, pero eso a él no le basta.
Él decidió que la mano que un día la acogió, ahora, sin saber porqué la abandonaba.
Y mientras tanto, ella sigue esperando a que vuelva aparecer otra mano, pero esta vez una mano que sepa ver todo lo que hay en ella, una mano que la cuide y que la quiera, una mano que nunca más la deje…
¿Tienes tú esa mano? Es tan sólo una cachorrilla de ocho meses.
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