domingo, 6 de diciembre de 2009

Harvey y la agresividad por dominancia

La agresividad en los animales puede ser clasificada en alrededor de 20 tipos diferentes, sin embargo, la forma más frecuente de agresividad es la agresividad competitiva o por dominancia.


Esta forma se manifiesta principalmente en machos no castrado, y menos frecuentemente en machos castrados, que sería la solución para ellos…bueno, más bien para el resto de seres que le sufren…

La agresividad competitiva puede darse a cualquier edad. El problema suele desarrollarse en la adolescencia, pero muchas veces puede aparecer antes, desde una infancia temprana. Lógico, para ser tan despreciable hay que nacer así.

La agresividad competitiva se dirige hacia los seres con las que el agresivo convive normalmente; frecuentemente, sólo algún o alguno de estos seres resultan afectados, no siempre de su misma especie. Ocasionalmente, la agresividad competitiva puede manifestarse además hacia seres desconocidos.

La postura del maltratador durante los episodios de agresividad son posturas características de una bestia dominante (mirada ausente, sonrisa fría, cuerpo encorvado por el peso de la maldad).

La agresividad se manifiesta en situaciones no siempre predecibles. El ser (perro, esposa, hijos) que es víctima de la agresividad de este individuo, hace algo o deja de hacer algo que despierta el interés del engendro. Osea, el comportamiento de la víctima no influye como desencadenante del maltrato.

Los maltratadores mostrarían hacia las víctimas muchas de las pautas de conducta que son propias de la prehistoria más salvaje, dichas pautas incluyen el establecimiento de relaciones de dominancia, que el bestia crearía con cada una de las víctimas con las que convive normalmente.

La relación de dominancia empezaría a establecerse durante el período de socialización y juvenil. El resultado de situaciones de competencia entre semejante malnacido y cada ser cercano a él, determinarían la relación de dominancia. Por tanto, el pedazo de bestia podría ser dominante respecto a algunos seres y subordinado frente a otros (seguramente, más fuertes que él, ya que es un cobarde asqueroso). La agresividad competitiva o por dominancia se mostraría sólo hacia los seres a los que el despreciable monstruo percibe como inferiores o como “cosas”…

En prácticamente todos los casos, las primeras víctimas de estos seres infames son los animales…

Ese es el caso de Harvey, un cachorrote de 15 meses, bueno y noble, que ya ha sufrido en su piel toda la crueldad de estos seres defectuosos...aún así, en su alma inocente no ha dejado huella tanto sufrimiento, y tiene un carácter estupendo con personas y animales.

Si quieres demostrarle que, aunque aveces lo parezca, el maltratador no es un ser HUMANO...escríbe a sosgolden@gmail.com