Yacky es uno más de esos que andan en esas cárceles para perros, que llamamos perreras.
Yacky no se creía el alfa, porque ni siquiera sabe ni qué es eso y francamente, le importa un bledo... Suponemos que se acurrucó en un rincón para intentar olvidarse de su ser y de esta nueva vida, a la que un inhumano le había deportado.
Pero ya se sabe, las cárceles son espacios reducidos, espacios de soledad, de crudeza... espacios en los que nadie es realmente quién es, en los que te someten nada más entrar y unos aceptan ese sometimiento y otros, simplemente copian lo que ven y también quieren someter.
Y Yacky fue herido por sus propios compañeros de especie, justo después de haber sido herido con el abandono de ese inhumano.
Y no sabemos hasta cuando le quedarán fuerzas...
No dejes que sigan hiriendo a Yacky, escribe a sosgolden@gmail.com